Durante lo que he visto de la película El juego que hizo historia y reconociendo que no soy fan de Shia LaBeouf pero he de reconocer que el personaje y la actuación del interprete es bastante buena y la trama de la pelicula es interesante sobretodo por el mensaje que nos deja, hablando precisamente de los calores es importante mencionar a la perseverancia como uno de ellos.
Un valor que se percibe olvidado pero que mucho ha hecho por la humanidad y el avance que hemos tenido en este y el anterior siglo, hace no mucho le escribía un correo electrónico a una colega donde le hacía mención implicitamente a ésto; le comentaba que de no haber avances tecnológicos y de no haber perseverancia por tener mas comodidades, no habría existido el encendido electrónico, desde la bombilla electrica que tantos intentos le costó perfeccionar a Thomas Alva Edison la perseverancia ha sido el mejor acompañante en ciertas circunstancias.
Este valor que aún no hemos entendido del todo, y muchas veces siento como si se encontrara perdido u olvidado, tal vez mal entendido pues el ritmo actual de la sociedad nos marca que entre mas rápido mejor, en tanto terminemos antes que los demás lo demás no importa, siempre llegar antes, rebasar a todos, no importa si el tiempo ha sido o no nuestra responsabilidad, lo que importa es estar antes que el de al lado en todo lugar y ante cualquier circunstancia, y todo esto entra en perfecta oposisión al valor que menciono, la perseverancia.
Tal vez es tiempo de que reflexionemos un poco a que estamos apostando, a la rapidez o a la exactitud, a la honestidad o a la mentira, a un "buen fin" que para muchos de nosotros solamente significó el gasto inutil de nuestros impuestos en publicidad que no ha mejorado nuestro estilo de vida ni que cada mes recibamos "gasolinazos" cortesía de nuestro querido presidente.
Bienvenido
Muchas gracias por compartir conmigo la experiencia de conocer los pensamientos de alguien mas, espero que mis comentarios escritos en este medio te sean de interés. Saludos.
lunes, 21 de noviembre de 2011
lunes, 7 de noviembre de 2011
El mal entendido dinero
A quien no le ha pasado rebasando por la derecha un honda ultimo modelo a más velocidad de la permitida, y menciono la marca por que el día de hoy y sin mejor explicación que el poder que nos da el dinero me sucedió precisamente algo así. Circular respetando el límite de velocidad se ha convertido en algo pasado de moda, aún cuando esto implique circular a cien kilómetros por hora por el periférico de la ciudad de los ángeles.
Pero volviendo al tema, muchas personas mal entienden el dinero, pues asumen que les otorga el privilegio de pasar por encima de los demás, muchas veces he expresado la frase "es una lástima que con tanto dinero no se pueda comprar cinco centavos de educación o de decencia", y tal vez los que lean este comentario se estarán imaginando un viejo apachurrado en un sillón leyendo un libro de poesías mientras escucha un disco de música clásica, pero tal vez lo que está sucediendo es precisamente que estamos olvidando esa parte en nuestro interior que nos da valor como seres humanos, la capacidad de entender en lugar de culpar, la capacidad de estar en los zapatos de alguien más en lugar de pasar simplemente sobre sus pies.
Es el momento que entendamos que el dinero no nos hace mejor, mas grande, mas inteligentes o mas rápidos, simplemente nos permite estar un paso adelante de alguien, y valdrá siempre y cuando sepamos como utilizarlo por el bien común, y no solamente como el bien individual.
Gracias por compartir un momento de reflexión acerca de los valores, independientemente de si estás o no de acuerdo con lo que escribo, el simple hecho de compartirlo contigo es mas que suficiente. Feliz inicio de semana.
Pero volviendo al tema, muchas personas mal entienden el dinero, pues asumen que les otorga el privilegio de pasar por encima de los demás, muchas veces he expresado la frase "es una lástima que con tanto dinero no se pueda comprar cinco centavos de educación o de decencia", y tal vez los que lean este comentario se estarán imaginando un viejo apachurrado en un sillón leyendo un libro de poesías mientras escucha un disco de música clásica, pero tal vez lo que está sucediendo es precisamente que estamos olvidando esa parte en nuestro interior que nos da valor como seres humanos, la capacidad de entender en lugar de culpar, la capacidad de estar en los zapatos de alguien más en lugar de pasar simplemente sobre sus pies.
Es el momento que entendamos que el dinero no nos hace mejor, mas grande, mas inteligentes o mas rápidos, simplemente nos permite estar un paso adelante de alguien, y valdrá siempre y cuando sepamos como utilizarlo por el bien común, y no solamente como el bien individual.
Gracias por compartir un momento de reflexión acerca de los valores, independientemente de si estás o no de acuerdo con lo que escribo, el simple hecho de compartirlo contigo es mas que suficiente. Feliz inicio de semana.
domingo, 23 de octubre de 2011
Como influyen los valores en la personalidad
Es bueno reconocer que la personalidad de cada individuo es lo que nos define como seres únicos, y a veces esta personalidad es modificada por la inserción a veces forzada de valores o lo que se puede calificar como tal desde el punto de vista paternal.
Lo menciono de esta manera pues rara vez nos ponemos a pensar que es lo que calificamos como los valores es algo que a veces le parece mejor a nuestros instructores en la vida consideran de esta manera.
Es tal vez tiempo de considerar la definición de lo que consideramos bueno o no dañino y lo malo que nos perjudica... algo para pensar un poco.
Lo menciono de esta manera pues rara vez nos ponemos a pensar que es lo que calificamos como los valores es algo que a veces le parece mejor a nuestros instructores en la vida consideran de esta manera.
Es tal vez tiempo de considerar la definición de lo que consideramos bueno o no dañino y lo malo que nos perjudica... algo para pensar un poco.
viernes, 16 de septiembre de 2011
Ensayo Impunidad
La verdadera razon de nuestra situacion como pais, es la decidia que como personas hemos generado, tal vez por que hemos desarrollado una apatia ante la dificultad social que tenemos.
Hemos visto el incremento de la violencia de manera exponencial y nos han vendido la idea que todo lo que esta sucediendo es necesario para abatir el crimen, desgraciadamente vemos que la base de la sociedad se sigue desmoronando y que lejos de que la estructura basica se refuerce por medio de la educacion, esta ultima se encuentra secuestrada desde hace ya varios lustros.
Es necesario que ante todo el remolino que estamos viviendo hagamos la reflexion que nos conduzca a la salida, esta reflexion debiese empezar con algo que nos ha llevado a este extremo, la impunidad.
Este mal que afecta como cancer nuestra sociedad se remonta a nuestros inicios como nacion. Recientemente lei un trabajo acerca de doña Marina, equivocadamente conocida como la malinche, y lo menciono de tal manera pues la autora menciona que el sobrenombre era aplicado al señor Cortes, haciendo alución al la pertenencia de éste último hacia la dama en cuestión, pero regresando al punto es un tema que se trata en el libro de una manera adecuada pues menciona la división del imperio por regiones y como se traicionan entre ellos mismos para lograr el objetivo final que era la independencia de los propios sin importar el precio final, la esclavitud de aquellos que fueron ayudados.
Durante los años hemos visto que esta manera de ser no ha cambiado, seguimos traicionando, aún cuando se persigue un fin tan noble como cortar la tiranía hemos visto como la traición se hace presente y aún así no aprendemos, y lo describo de esta manera pues está en nuestras manos el cambiar esto, y no precisamente mediante otra revolución, sino con la exigencia de nuestros derechos.
Ha pasado ya un tiempo desde mi cumpleaños diez y ocho y cada seis años he acudido puntualmente a la cita con la casilla y las boletas de elección, desafortunadamente siempre he visto con tristeza que a pesar de confiar en personas que se jactan de rectas y responsables resultan ser todo lo contrario y esa enfermedad llamada poder valga la redundancia se apodera de ellos algunas veces lentamente en tanto otras vertiginosa y vorazmente ocasionando el olvido de las promesas de campaña y algo aún más grave, el desarrollo paulatino de la impunidad.
Descrito de esta manera la impunidad como acto primario de cualquier político le otorga la inmunidad para estar sobre la ley, inclusive violando la constitución donde claramente indica que no existen ciudadanos de segunda o tercera clase que es siempre como nos tratan tan nombrados personajes, olvidando que gracias a nuestros votos y creencias ellos ocupan las posiciones; mas grave aún es el hecho que nadie tiene derecho a cuestionarles, siendo nuevamente que gracias a los que puntualmente pagamos impuestos ellos reciben un salario, como lo menciono existen muchas gravedades en la "im"posición de estos personajes. Aunque el objetivo del presente documento no es solamente el señalar las fallas mencionadas, (y no me cabe duda que existen mas que han sido omitidas en el mismo) sino el proponer pues siempre he pensado que así es como debe de ser, y dentro de la propuesta quedaría el iniciar exigiendo a nuestros representantes la modificación de la ley, quitando de manera inmediata el fuero que al momento aparece como una medida obsoleta que está protegiendo criminales, el segundo paso después de la eliminación del fuero es que debemos tener una legislación que exiga la rendición de cuentas, y la remoción del cargo a las personas que no cumplen con lo prometido en su campaña, a final de cuentas cuando alguno de nosotros no cumple con el trabajo para el cual fué contratado lo único que recibe es el despido, la baja del puesto y la dificultad de encontrarse en la calle pensando como resolver la situación, no como la clase política actual que con sus "dietas" y bonos no tienen razón para preocuparse simplemente el como van a seguir en otro cargo para vivir de los trabajadores una vez más.
sábado, 19 de marzo de 2011
Mi honestidad (el salto)
La recuperación de una crisis nerviosa puede ser un proceso largo y doloroso no tan solo por la persona que lo padece sino también por aquellos quienes se encuentran cerca del afectado.
Suena dramático inclusive si como un servidor se compara este problema con una enfermedad tan agresiva como lo es el cancer, pero si analizamos nuestras actitudes y la razón de la caída en este problema podremos observar la analogía que menciono.
En fechas recientes me había sumergido en ésta enfermedad, y como lo menciono estaba acabando lentamente con mi persona y mi familia, llegando a su climax este fin de semana, cuando después de trabajar por 24 horas continuas (literalmente hablando) mi salud física demandó los excesos y colapsó dejandome con la capacidad auditiva parcialmente habilitada y con una debilidad que solamente me permitía desplazarme aunque sin fuerza para levantar objeto alguno.
Después de analizar lo sucedido y estando en el proceso de recuperación he podido llegar a la conclusión de que incluso tratando la enfermedad física con analgésicos y medicamentos, no es posible salir de ésta sin antes terminar con el examen de conciencia y llegar al fondo de la causa raíz del problema como mi profesión me ha demostrado se deben hacer las cosas.
El resultado de éste examen de conciencia me sorprendió súbitamente pues he llegado a la conclusión que no se puede tener excusas para todas las situaciones, aún cuando las circunstancias sean parte importante de la falla; es por esto que he llegado a la conclusión de que el problema central soy yo.
Por no tener la habilidad de romper el ciclo vicioso que durante años se ha generado en la empresa donde trabajo; por no haber tenído éxito en formar un equipo, por no haber podido convencer al director de la empresa que es mas importante trabajar juntos que encontrar un responsable para cada problema y situación; por que aunque le mencioné que lo que faltaba era liderazgo no le supe enseñar a que me refería. Efectivamente el culpable de esta situación he sido yo, y como tal acepto las consecuencias de ésta derrota, aunque también como parte del proceso curativo he aprendido y también como resultado puedo suponer que me ha hecho mas fuerte, tal vez no física o anímicamente pero si profesionalmente, me ha enseñado mis limitaciones y también a hacerle caso a mi instinto que cuando te previene y dice "salta" es por una razón.
Suena dramático inclusive si como un servidor se compara este problema con una enfermedad tan agresiva como lo es el cancer, pero si analizamos nuestras actitudes y la razón de la caída en este problema podremos observar la analogía que menciono.
En fechas recientes me había sumergido en ésta enfermedad, y como lo menciono estaba acabando lentamente con mi persona y mi familia, llegando a su climax este fin de semana, cuando después de trabajar por 24 horas continuas (literalmente hablando) mi salud física demandó los excesos y colapsó dejandome con la capacidad auditiva parcialmente habilitada y con una debilidad que solamente me permitía desplazarme aunque sin fuerza para levantar objeto alguno.
Después de analizar lo sucedido y estando en el proceso de recuperación he podido llegar a la conclusión de que incluso tratando la enfermedad física con analgésicos y medicamentos, no es posible salir de ésta sin antes terminar con el examen de conciencia y llegar al fondo de la causa raíz del problema como mi profesión me ha demostrado se deben hacer las cosas.
El resultado de éste examen de conciencia me sorprendió súbitamente pues he llegado a la conclusión que no se puede tener excusas para todas las situaciones, aún cuando las circunstancias sean parte importante de la falla; es por esto que he llegado a la conclusión de que el problema central soy yo.
Por no tener la habilidad de romper el ciclo vicioso que durante años se ha generado en la empresa donde trabajo; por no haber tenído éxito en formar un equipo, por no haber podido convencer al director de la empresa que es mas importante trabajar juntos que encontrar un responsable para cada problema y situación; por que aunque le mencioné que lo que faltaba era liderazgo no le supe enseñar a que me refería. Efectivamente el culpable de esta situación he sido yo, y como tal acepto las consecuencias de ésta derrota, aunque también como parte del proceso curativo he aprendido y también como resultado puedo suponer que me ha hecho mas fuerte, tal vez no física o anímicamente pero si profesionalmente, me ha enseñado mis limitaciones y también a hacerle caso a mi instinto que cuando te previene y dice "salta" es por una razón.
lunes, 28 de febrero de 2011
¿Puede la responsabilidad ser calificada como valor?
Esta mañana cuando venía conduciendo hacia casa después de haber dejado a mi esposa en la escuela donde estudia su maestría me topé con al menos dos automovilistas que rebasando por la derecha y cerrándose para ganar el paso del semáforo demostraron su pobre educación vial; poco a poco hemos visto como estas manifestaciones se han ido incrementado y lo más triste es que no estamos haciendo nada por combatir esta nueva corriente.
Hace unos años cuando mi adolescencia esparcía hormonas al máximo creía que lo que decían mis padres era anticuado y que lo mas en onda (conocido ahora como "cool") era determinar nuestras propias reglas, no me imaginaba lo que estaba ocasionando nuestra generación, y es precisamente la falta de responsabilidad.
Era más sencillo decir "¡deja que lo haga, no nos afecta!" que mantener el código de conducta que había preservado unida a nuestra sociedad hasta hace unos veinte años hasta cierto punto de una manera pacífica, aunque suene como viejito con lo que estoy escribiendo pero al perecer esta crisis la iniciamos antes de que yo naciera en la época de los sesentas cuando la humanidad confundió la libertad con el libertinaje; por esta razón y precisamente pensando en lo que comento en el título de este texto sería bueno preguntarnos si podemos aceptar calificar la responsabilidad como valor, la responsabilidad de que no dejemos pasar por alto las cosas, de hacer algo diferente algo que cambie y mejore nuestra percepción de la realidad y no solo la percepción sino la realidad.
Nuestro actual gobierno se ha preocupado por mencionar hasta el cansancio que la situación en México ha mejorado, tanto económicamente así como en temas como seguridad y confianza, desafortunadamente vemos más frecuentemente actitudes como la ofensiva forma de manejar de algunas personas. Si bien no hay mucho que podamos hacer para cambiar esto de manera particular, es decir influir de una manera dramática a cada individuo y que cambie igualmente lo que piensa y lo que hace, si podemos ejercer la fuerza individual del cambio. Esta idea me revolvió las entrañas cuando nuevamente tuve que soportar los insultos de mi jefe, quien aún después de un año en entrenamiento aún no ha sido entrenado y sigue siendo el mismo arrogante mal educado que hace un año, y están al frente dos caminos, el de la frustración y tedio eterno o el propositivo que busca la mejora, nuevamente la responsabilidad debiese de ser calificada como un valor, un valor que necesitamos recuperar de inmediato, antes de que nos destruyamos entre nosotros mismos sin remedio alguno.
Hace unos años cuando mi adolescencia esparcía hormonas al máximo creía que lo que decían mis padres era anticuado y que lo mas en onda (conocido ahora como "cool") era determinar nuestras propias reglas, no me imaginaba lo que estaba ocasionando nuestra generación, y es precisamente la falta de responsabilidad.
Era más sencillo decir "¡deja que lo haga, no nos afecta!" que mantener el código de conducta que había preservado unida a nuestra sociedad hasta hace unos veinte años hasta cierto punto de una manera pacífica, aunque suene como viejito con lo que estoy escribiendo pero al perecer esta crisis la iniciamos antes de que yo naciera en la época de los sesentas cuando la humanidad confundió la libertad con el libertinaje; por esta razón y precisamente pensando en lo que comento en el título de este texto sería bueno preguntarnos si podemos aceptar calificar la responsabilidad como valor, la responsabilidad de que no dejemos pasar por alto las cosas, de hacer algo diferente algo que cambie y mejore nuestra percepción de la realidad y no solo la percepción sino la realidad.
Nuestro actual gobierno se ha preocupado por mencionar hasta el cansancio que la situación en México ha mejorado, tanto económicamente así como en temas como seguridad y confianza, desafortunadamente vemos más frecuentemente actitudes como la ofensiva forma de manejar de algunas personas. Si bien no hay mucho que podamos hacer para cambiar esto de manera particular, es decir influir de una manera dramática a cada individuo y que cambie igualmente lo que piensa y lo que hace, si podemos ejercer la fuerza individual del cambio. Esta idea me revolvió las entrañas cuando nuevamente tuve que soportar los insultos de mi jefe, quien aún después de un año en entrenamiento aún no ha sido entrenado y sigue siendo el mismo arrogante mal educado que hace un año, y están al frente dos caminos, el de la frustración y tedio eterno o el propositivo que busca la mejora, nuevamente la responsabilidad debiese de ser calificada como un valor, un valor que necesitamos recuperar de inmediato, antes de que nos destruyamos entre nosotros mismos sin remedio alguno.
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